Como
empresario y promotor deportivo siempre he apoyado las iniciativas que tienen
que ver con la práctica deportiva con diversos propósitos, en todas las
disciplinas, a todo nivel y para cualquier edad.
Sin embargo
debo admitir mi predisposición por apoyar el futbol infantil y juvenil por todos los beneficios que aporta a la
salud física, mental y emocional de quienes lo practican.
Tomando en
cuenta que el juego es un derecho fundamental de los niños, acreditado en la Convención sobre los Derechos del Niño,
el fútbol funciona como un lenguaje universal de millones de personas en todo
el mundo que se entretienen en forma apasionada y eufórica alrededor de un
balón.
El futbol es
un caso permanente de estudio cultural y
sociológico en el cual se incluyen a los niños, niñas y adolescentes,
independientemente de dónde sean, el idioma que hablen, o la religión que sigan. El furor por jugarlo desborda estadios,
canchas, calles, veredas y patios. Podría decirse que el placer de practicarlo
y el éxtasis del triunfo no necesita de un escenario especial.
Esta
creciente popularidad abarca países como el nuestro, donde a pesar de que el
beisbol es nuestro deporte nacional, el futbol gana terreno por la presencia de
semilleros en academias deportivas, escuelas públicas y privadas, clubes
deportivos y universidades.
Unicef reconoce que el fútbol es un instrumento educativo valioso que puede
ayudar a los niños a superar traumas y frustraciones. Este organismo utiliza el
fútbol de muchas formas y en muchos países, para educar a los niños en sus
relaciones con los demás, a divertirles, a protegerles de la violencia, de los
abusos, y de otros males.
¿Qué buscamos con incentivar el futbol
infantil?
E. Benedek a
través de su libro “Fútbol Infantil”,
nos indica algunas de las técnicas básicas del fútbol que deben desarrollarse a
través de los siguientes aspectos:
- Enseñar la
técnica del futbol jugando partidos, con y sin porterías.
- Realizar
actividades recreativas, como por ejemplo relevos, concursos y distintos juegos
con el balón que afiancen técnicas del fútbol.
- Hacer uso
de ejercicios combinados, para desarrollar el marcaje y desmarque, cambios de
posición, entre otros.
- Calentamiento
entre parejas, haciendo uso del balón.
- Privilegiar
a los más novatos para reforzar su motivación en aprender.
- Las niñas
pueden participar también en estos encuentros de aprendizaje, recreación y
socialización. Sin embargo, lo recomienda en igualdad de condiciones hasta los
10 años.
Veamos algunas de las ventajas de
jugar futbol desde la más temprana edad:
Físicas:
- Estimula la coordinación motora (Mayor
precisión en los saltos y movimientos)
- Aumenta la densidad ósea en el fémur
- Maximiza la potencia muscular en las
piernas
- Oxigena la sangre
- Mejora la visión periférica y su
capacidad cardiovascular
Psicológicas:
- Ayuda a afianzar su autoestima y la
capacidad de trabajar en grupo
- Los ayuda a socializar, aprender,
tolerar y canalizar la frustración
- Aporta beneficios en el desarrollo de
sus capacidades emocionales y aprendizaje porque el niño potencia su
razonamiento lógico, y contribuye a la toma de decisiones.
- aprenden valores, ya que practicar
fútbol realza el espíritu de superación y sacrificio.
- En niños hiperactivos: les crea el hábito de
la disciplina,
y desarrolla en ellos la capacidad de organización y concentración.
- También beneficia a los chicos
autistas con TDH porque le condiciona su conducta.
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